miércoles, 16 de octubre de 2013

Un vistazo a la inauguración de la exposición de la vida artística de José Marín

El domingo 13 se inauguró la exposición de José Marín, con el apoyo incondicional de su familia y de la Asociación Amigos del Museo. 
Entre todos, hemos conseguido plasmar de una manera muy significativa y emotiva, lo que es la trayectoria de esta gran personalidad a través de su obra artística. 
Aquí sólo pretendemos mostrar una pequeña muestra de lo que se puede ver en la muestra, que se clausura a final de semana, y quien aún no la haya visitado, a tiempo está. 
La inauguración, al igual que el acto de presentación del libro Historia de La Zubia, obra póstuma de José Marín, tuvo una afluencia de público muy superior a las expectativas, y así continua día a día. 
Gracias a todos por apoyar estas iniciativas, porque con esto, damos un paso más para la creación de la casa museo para La Zubia, y sobre todo, de La Zubia. 

Un rincón especial, es donde se ubica su maletín de pintura. Tal y como lo dejó. 

Otro de los alicientes de la exposición, es un trozo de un roble de más de 100 años, que se encontraba en la Huerta Ribera, y que José rescató. En el podemos ver los años de sequía o de agua en sus anillos, donde además, José apunto varias fechas importantes a lo largo de su vida....

Los dibujos de Marín, son un patrimonio imprescindible de La Zubia, ya que en ellos nos muestra todos esos lugares con encanto ya desaparecidos. En la imagen vemos por ejemplo el famoso puente de La Zubia. 


Sus oleos se encuentran en la sala que a partir de ahora le da su nombre. La sala José Marín. Pinturas de los paisajes de La Zubia, o de algunos lugares especiales para el, como es este ejemplo de El Laurel. 

Inicio del acto de inauguración, presentado por Javier Peregrina como miembro portavoz de la Asociación y por Álvaro Marín, hijo de José Marín (en la foto). 

No nos olvidemos, que esta exposición, se realiza como complemento a la publicación del libro Historia de La Zubia, por José Marín. 

Las fabulosas miniaturas talladas en madera, minuciosos mecanismos y autómatas en alguno de los casos. Son un aliciente más sin duda, junto a las famosas postales que mandaba a sus amigos, con grabados o sus propios dibujos, o la papiroflexia...









Gran exposición, gran acto de inauguración y muy buena compañía en la tarde del domingo para homenajear a una gran persona, José Marín. 


¿Cuál puede ser el secreto para alcanzar un éxito como persona y como profesional? Sencillamente su humildad, su bondad y su bien hacer. Su renuncia a todo aquello que sonase a vanidad.
                                                                         Jesús Vazquez, Marzo de 2013                                                         

José Marín, nacido en 1930, en La Zubia, por supuesto. Trabajó como hornero, como su padre. De familia humilde, de personalidad amistosa, inquieta y trabajadora,… De hornero a albañil, y de albañil a ebanista, profesión esta última a la que dedicaría una vida, y cuyo aprendizaje fue a cargo del maestro Leoncio.

Paulina es la mujer que le acompañó durante su historia. La Zubia, fue el escenario de sus vidas.
José, que no tuvo la oportunidad de tener unos estudios superiores, se preocupó por conocer lo que le rodea, por tener curiosidad por lo que desconocía. Se formó a sí mismo. Y ese es uno de los valores fundamentales que les inculcó a sus hijos, Rosario, Álvaro, Javier e Irene, valores cristianos, respeto, humildad y esfuerzo por aprender. Por encima de todo, para José Marín, era la familia. Y ese es su legado.

Concejal del Ayuntamiento o el cargo de Juez de Paz, son las herramientas que le proporcionan el acceso a los archivos y documentos de La Zubia. Amaba su pueblo, y quería conocer cada rincón de la historia de su localidad.

Recopilador de datos, luchar continuamente por proteger el patrimonio cultural y natural de La Zubia para enseñarlo y transmitirlo.

Filántropo es la palabra que lo definió en este aspecto. Sus inquietudes le llevaron a tener amistad con una serie de amigos influyentes en la sociedad de La Zubia, por lo que se introduce en un círculo intelectual que enriquecería sus estudios e investigaciones. Blas de Piñar, el maestro Jesús Vazquez, el doctor Luis Masats, Antonio Moleón, pintor del taller de Telares, Antonio Navarro, director de la Academia de Bellas Artes de España y Roma, Miguel Sánchez,… A todos los respetó y trató con cariño.

Conocidas son sus excursiones con sus amigos, para poner en práctica lo aprendido en los libros. El estudio de la naturaleza, la geología o la arqueología,… En esta exposición, tenemos un ejemplo muy claro de estas excursiones, y son sus pinturas, pequeños cuadros de cómo el veía La Zubia. Gran valor tiene sus dibujos, de las calles y edificios ya desaparecidos. El molino, el Barranco de Corvales,… Sus dibujos son una clase de historia para los que no conocimos esos lugares, o para los que los conocieron y los recuerdan con cariño. Esto, también es su legado.

Sus inquietudes también estaba, por su puesto, en el negocio familiar, que prosperó fantásticamente, pero también se interesó por la papiroflexia, la poesía, la política y las costumbres populares. Fue uno de los impulsores de las Fiestas de la Simpatía, o las Fiestas de San Pedro.

El teatro, la observación de las estrellas, la talla de miniaturas en madera y la música.

Todo esto es lo que con esta exposición se ha querido mostrar. Su inquietud por el conocimiento, su amor por su pueblo. Esto sólo es una pequeña muestra y una parte del recuerdo de su vida. 




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